miércoles, 31 de julio de 2019

CINC COMÈDIES DISBARATADES

Cinc comèdies disbaratades és un volum que conté les cinc comèdies de Julian Arribas:

L’enigma del l’esvaró, revisió de l’obra L’enigma del lacasito estrenada a Borriana el 2009. Premi a la millor obra inèdita i a la millor direcció en el Certamen de Teatre en Valencià.

El desmemoriat, estrenada a Borriana el 2013.


Ni cap ni peus, estrenada a Borriana el 2015.


L’última ullada a l’Edén, estrenada a Borriana el 2016. Premi a la millor obra inèdita.

Boira, innèdita.

A banda dels premis esmentats, la companyia teatral que les va representar, Associació Cultural Falla Barri La Vila, va obtindre altres premis, com ara premis als millors actors i actrius principals i secundaris, premis de vestuari i premis d’escenari.

jueves, 24 de mayo de 2018

PLANS DESVARIATS

Supose que seria un divendres (Brussel·les 38 assajàvem cada divendres). Ella em va dir que no fera plans per a més ellà de sis dies i aquelles paraules se’m van instal·lar al cap fins que foren una cançó. Hui dia crec que és, fins i tot, cruel. Ací la teniu.


En la fosca busque un endeví
que puga predir el meu futur
i un estel al lluny em fa l’ullet,
no hi ha dubte que ell sí està segur.

Qui és el boig que fa les previsions
si mai no sabràs si el teu destí
està escrit en un vent moribund
que es desfà en filaments
o si el teu destí és l’infinit.

No, no puc fer plans desvariats.
No, no vull saber si demà
podré contar que una nit
els versos van ser disbarats
i que la vida va passar
com si fóra un huracà.

Els fantasmes ronden el meu llit
i una veu metàl·lica que riu
silencia el pensament pervers
i adverteix que és pols allò que escrius.

No serveixen mai els malabars
perquè el temps avança despietat
i el caprici d’este ens és tan incert,
que s’esvara entre els dits,
és un boig que manca de pietat.

No, no puc fer plans desvariats.
No, no vull saber si demà
podré contar que una nit
els versos van ser disbarats
i que la vida va passar
com si fóra un huracà.

sábado, 12 de mayo de 2018

EPÍSTOLA


Aquel viernes me entregó una carta decorada con dibujos policromados a lápiz. Estuve todo el fin de semana pensando en la posibilidad de contestarle. Finalmente, escribí la respuesta e imprimí el documento. El lunes, a primera hora, volví a leer mis palabras y, sin saber a ciencia cierta si era adecuado, le entregué mi carta en un sobre cerrado con algunas indicaciones. Debía leerlo en casa y fijarse bien en la posdata.
Hoy me apetece recordar aquello y compartirlo con vosotros. Amputaré el nombre y la fecha.


Burriana, 11 de noviembre de 20...


Querida C...:

Me dices unas cosas tan bonitas en tu carta que llevo toda la tarde emocionado. ¿De verdad crees que soy el mejor profesor del mundo? ¡Ya me gustaría! Pero te prometo que avanzaré por el camino que me lleve a conseguirlo y me da que ya hay un pequeño trecho recorrido. ¿Cómo, si no, dirías que tienes ganas de ir al cole gracias a mí? Sin embargo, hemos de conseguir que no sea yo el único motivo por el que te alegres de ir al colegio.

Dices también que, gracias a mí, te espera un gran día. Te juro que es el piropo más bonito que me han dicho nunca. Aún así, reconozco que a veces tengo días malos. Cuando eso ocurra, lee esta carta.

Deduzco, por lo que alguna vez hemos hablado y por algún trozo de tu carta, que crees que hay una pizca de tristeza en ti, en tu relación en el cole. Yo nunca he pensado que vengas triste al colegio, como dices. Tu alegría me hace pensar lo contrario. Tal vez no se trate de tristeza, sino de incertidumbre. De todas formas, no puedo engañarte con metirijillas piadosas. Aparte de lo que yo pueda hacer, te tengo que decir que tu felicidad no puede depender de los demás. Tú eres la protagonista y la responsable de tu vida. No puedes cambiar a los demás y, por ello, tendrás que aprender a convivir en un mundo injusto. No podemos exigir a los demás que sean como a nosotros nos gustaría. La solución a tus posibles problemas, las respuestas a tus preguntas, están en ti. Seguro que adquieres las habilidades necesarias para navegar en este océano encrespado que es la vida.

Añades en tu carta que no tienes mala intención cuando hablas o cuando haces demasiadas preguntas. ¡Por supuesto que no! Nunca lo he pensado. En realidad, ser una niña abierta, sincera y espontánea es muy agradable para un profe como yo. No obstante, puede que a veces no lo demuestre porque intento usar esa característica tuya para que hurgues dentro de ti, para que te des cuenta de que tienes las respuestas, aumentes la confianza en ti y aprendas a ser autosuficiente.

Gracias una vez más por tu carta. El lunes iré aún más contento al cole.

Julián

P. D.
Esta carta es personal. Por fa, no se la enseñes a nadie. Solo aceptaré que la lean tus padres, si así lo consideras, porque eres menor de edad.

viernes, 11 de mayo de 2018

MI DOCENCIA


Treinta años de maestro, treinta. Treinta años de ilusión. Nunca imaginé que estrenaría mi profesión al curso siguiente de terminar mis estudios y tampoco imaginé nunca que estaría tan bien preparado, no porque mis profesores así lo consiguieran, sino por mis elecciones extracurriculares.
Combiné la docencia reglada con clases particulares, llenándome de satisfacciones. Hice muchas cosas bien, muchas, y algunas mal. Cosas de ser un humano en vez de un autómata. Recuerdo con añoranza la energía que desprendía en cada sesión. Era capaz de impartir seis clases seguidas sin sentarme y cuando eran clases de Educación Física, realizaba todos los ejercicios con los alumnos. Ahora, en cambio, me fuerzo a levantarme de vez en cuando.
Fui el profesor que me gustaba para mis hijos y tuve la suerte de tenerlos en clase. Con él fui un profesor extraordinario, le pude enseñar casi todo; ella disfrutó de mi mejor versión.
Ahora recuerdo con orgullo mi trayectoria docente, completada con otras actividades que me han llenado el alma, y tengo la sensación de haber terminado un ciclo.
Muchas veces he buscado un nuevo camino al dar por concluidos algunos andares y, aunque me creía perdido, el destino siempre abría una puerta inimaginable y me daba un empujón para retomar los pasos. Ahora sé que otras puertas se abrirán, sin anunciarse. Las cruzaré sin darme cuanta y, al hacerlo, me encontraré con los primeros metros del camino recorridos.
Hoy me hablaba mi padre del futuro, del día de mañana, como le gusta decir, como aprendió de sus padres. Le he dicho con una seriedad extraña que no existe el futuro, que se ocupe de vivir hoy. Yo así quiero hacerlo. Tengo algunos planes: mañana haré labores de jardinero, el sábado iré a caminar y a almorzar con un compañero y por la tarde iré a un concierto con una amiga y, tal vez, con alguno de mis hermanos. Esos son mis planes apuntados en el almanaque, pero no confío en esa programación. Viviré el día de hoy y, si el destino lo facilita, recorreré el calendario citado. No obstante, es lo único que puedo hacer: coger la primera bocanada de aire sin preocuparme por la segunda.

miércoles, 9 de mayo de 2018

LAS CONEXIONES CÓSMICAS


A menudo me pregunto qué es el ser humano y lo primero que acierto a responder es lo que no es. Nada tiene que ver, a mi juicio, con los órganos vitales. Basta para demostrar esta afirmación que un corazón es solo una máquina orgánica que puede sustituirse en mi cuerpo y, de hacerlo, yo continuaría siendo quien soy. ¿Qué somos, entonces?
Somos la conciencia, esto es, las conexiones neuronales que se forman en nuestro cerebro. Ahí se registran nuestras experiencias, nuestros conocimientos, nuestros sentimientos. Pero también se registran en los cerebros de los otros, los órganos más evolucionados del universo conocido. No hay duda de que, quien haya charlado alguna vez conmigo, ha establecido nuevas conexiones sinápticas en su cerebro y me atrevería a decir que he sido yo quién las ha creado en ese cerebro ajeno. Yo he sido el artífice. Por tanto, yo soy algunas de las conexiones de mi cerebro y del cerebro de otros.
Cuando la gente me dé por muerto, sabrá que todavía vivo en esos cerebros en los que yo he creado conexiones sinápticas, conexiones cósmicas.
No se equivocaba García Marquez.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Carta a un poeta

L’esperit estremit


1.1

Milers de paraules inventaríem      
per a un sol poema,                       
per a sols un vers                            
per a sols un ens                              
i ens creuríem singulars                      
i els més atrevits, poetes.                       

Mentre, collim mots conreant l’abís
fent cova amb les mans,
fent mil malabars,
fent fum en la boira,
potser perquè ens aterreix
la sensació de buidor.

No ens atura la creativitat,
i ens clavilla el seny
i ens segresta el son
i ens resseca els llavis
cercant la repercussió
al mig de la vanitat.

I això creuria, si no fos perquè
la força impassible,
l’anhel de bellesa,
l’alè alliberat
esdevé necessitat
de l’esperit estremit.


 1.2

Per què, si els estels ja són incomptables
et poses les ales
d’un nou arquitecte
enmig de la fosca?
Els àngels no han acabat
el teu poema infinit?

No en tens prou, de fanals intemporals
per beure’t la llum,
per llepar la nit
i dormir al ras
i saciar-te l’esperit
mos a mos i glop a glop?

Escampes llavors, nodreixes el vent
i busques el fruit
i aguses l’esguard
i esperes el bes
de la terra generosa
com un nàufrag insaciable.

Si el teu medi natural és la mar,
quina costa esperes?
Només la recerca
és el camí cert
i el viatge és el vi vell
per a celebrar el vers.


1.3

Et busques entre els mots que semblen nous
com si fóra nova
la busca infinita
condemnada al foc.
Els estels ja estan tots fosos
en el llenç de la celístia.

Milers de guspires s’enlairen sempre,
durant un instant,
i naixen i expiren
amb la insuportable
incertesa en el desvari.

Com la llavor escampada i perduda
que el buit conquereix,
busques un buit nou,
un soc oblidat,
i evoques la lluentor
d’uns ovaris imponents.

Agafes un tros de terra fecunda,
com un full en blanc,
i amb ulls de cisell
tastes l’atracció
que et fa sentir-te univers,
d’on mai no et deslligaràs.


1.4

No et calen més motius per a embogir,
tens terra a les mans,
el lleu ple de vent
i fusta en la llar,
tens els estels expectants
i l’esperit estremit.

Embogeix fins al punt que en la batalla
no siga un recurs
la vida o la mort,
ni res previsible.
Beu-te la força de l’arc
i esmicola la godalla.

No vulgues trobar el fill de la lluita,
puix que és un miratge
amputat de temps
i en creure que el tens
rellisca entre els dits inerts
aliè a la fecunditat.

L’empremta sempre queda endarrerida,
i ja no existeix
la seua xafada.
Només tu ets real,
només l’univers, només,
i eixa és la teua grandesa.

domingo, 17 de junio de 2012

¡No le mentí!


En ocasiones, el tiempo te trae noticias gratificantes, como si la fuerza de los años las hubiera empujado desde el pasado para afianzar tus convicciones. Esa es la sensación que tuve cuando Edu (permitidme el pseudónimo) se encontró conmigo en la estación de ferrocarril.
Edu es un antiguo alumno, de esos inolvidables porque siempre te sonríen cuando te ven por ahí. Seguramente, por eso es uno de los pocos que recuerdo. Y es que mi memoria de canario desfigura nombres y rostros, los cubre con un espeso manto de tiempo y solo permite las reminiscencias de los viejos sentimientos.
Decía que Edu es uno de los pocos que recuerdo porque siempre ha tenido una sonrisa preparada para cuando se cruzara conmigo. Y recuerdo su silencio hermético en el aula, su manita levantada para responder a cualquier pregunta (a todas, aunque casi nunca lo elegía para protegerlo. A veces le explicaba que no era conveniente suscitar envidias en los demás, porque quien te envidia siempre acaba jodiéndote), su perseverancia, su perfeccionismo... La naturaleza lo dotó con las herramientas necesarias para el estudio. Pero eso no es suficiente.
El hombre no solo es estudio. Cabe añadir los valores que hacen del hombre un ser bueno, pero esos valores no siempre son amigos de la felicidad inmediata. No recuerdo quien lo dijo, pero la cita me viene como anillo al dedo: “La pacificación favorece al opresor”. En un mundo violento, quien practica la paz es quien recibe las hostias. Entonces, es cuando ha de transformarse en agua, sin forma. “Be water, my friend” (Bruce Lee, en una entrevista televisiva).
Edu se licuó y se transformó en un observador del mundo más próximo. Estaba convencido de que las grandes premisas, como las bienaventuranzas, aunque no era religioso, o los consejos universales habían de regir a las personas. Sin embargo, la práctica en su entorno no demostraba que todo lo que se intentaba inculcarle en el aula era cierto. Sabía que para que los otros lo respetaran, tenía que ser él quien respetara al prójimo en primer lugar, por ejemplo. Sabía que no había de hacer a los demás lo que no le gustara que le hicieran a él. Sabía que el camino para buscar la propia felicidad empezaba en procurar la felicidad a los de tu alrededor. Sabía... En fin, nada especial, pero sí universal.
El problema era que aquellos valores destacaban por su ausencia en el mundo que se le había impuesto y yo siempre me preguntaba hasta cuándo creería en las utopías de las que le había hablado.
Hace unos días, decía, me encontré con él. Venía de la capital, de agotar el depósito de horas bajo el flexo. Había terminado su primer año en la Universidad. Le pregunté qué tal le había ido y, aunque las calificaciones eran brillantes, no me habló de ellas en primera instancia, sino que me dijo que había vivido su mejor año de estudiante. Me preguntó si recordaba todo lo que antaño le dije en clase, aquello de los consejos universales, axiomas innegables, valores intemporales; aquello de no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan, aquello de favorecer la felicidad de los demás para encontrar la propia, aquello de respetar para ser respetado, aquello de... Y me dijo: “Pues resulta que la gente es así. Yo creía que esos tipos no existían, pero he conocido a un buen puñado de ellos, siempre dispuestos a echarte una mano, incluso antes de que la pidas”.

Y a mí me afloraron las lágrimas porque cuando lo tuve en clase (segunda fila, tercer puesto), no le mentí.

viernes, 18 de mayo de 2012

Monarquía y sentido común


Cuando he prestado atención, han cambiado de noticia. Pero parece ser que conviene algún tipo de reglamento para definir las acciones del Rey. ¿Será que hay que legislar el sentido común?
Cuando a alguien le da por distraerse matando elefantes, torturando toros, ensañándose con perros callejeros o, en definitiva, jodiendo a las criaturas que habitan el planeta, uno se pregunta si eso del sentido común es una gilipollez, una idea platónica anclada en un lugar anacrónico e imaginario. Al fin y al cabo, los legisladores han llenado toneladas de papel intentando traducir a los lenguajes humanos el ideal de justicia... y seguimos jodiendo, decía, al prójimo, sea persona u otro animal.
No quiero un rey, ni un amigo, ni un vecino que sonría de gozo cuando derriba a un elefante.

jueves, 5 de abril de 2012

Así nos va


He pensado que no estaría mal dar una vuelta sociológica por las chorradas que me llegan a través del Facebook y otros sitios similares en los que llevo apenas un par de meses fisgoneando. En este momento, sudado y cansado después de media horita de carrera, me parece una idea simpática. Veamos qué da de sí.
Lo primero que leo al encender el ordenador es que la actriz Hiba Abouk, a quien no conozco y que al parecer es la novia de un tal Hugo Silva, ha dejado el coño a la vista al sentarse para disfrutar de la moda en la pasarela Cibeles. Esto se ha comentado en Facebook, es decir, se le ha dado importancia al leerlo en no sé qué web. Así nos va.
En otros casos, algunos de mis contactos solo saben comentar obviedades sobre la amistad, la familia, el amor... Tópicos que no transcribiré para que nadie se moleste pues, a mayor gilipollez, mayor susceptibilidad y no me apetece buscarme enemigos. Y a todo esto cabe añadir que, según un estudio sobre las redes sociales, los de mayor actividad en estos sitios tendrían que hacérselo mirar, puesto que la intensidad en la práctica internáutica es directamente proporcional a la estupidez. Otros, más avispados, sí que sacan buen provecho de su actividad cibernáutica. Bravo por ellos.
Por todo esto, estoy convencido de que tendríamos que pagar un chavo por cada opinión o mención que dejamos en la red. Sería una especie de filtro para dejar pasar únicamente aquello que valiera la pena. Tal vez no serviría de nada, pero se arruinarían los necios y no podrían continuar pagándose los comentarios u opiniones.
No soy nadie para juzgar qué es lo que vale la pena, pero perder el tiempo promocionando el coño de H. A. me parece tal estupidez que he llegado a pensar que el acceso a esa clase de chorradas sí que tendría que tener un precio. Y es que me resulta de lo más irónico tener que pagar por otras cosas y poder acceder gratis al coño de Abouk. Así nos va.
P.D. Pagaré un chavo por este artículo.

martes, 3 de abril de 2012

Aín


Amenaza lluvia. Precioso. Desde aquí no se ven indicios de humanidad; solo piedras libres, pendientes imbatibles que escupen alcornoques, encinas, pinos equilibristas... matojos anónimos, pétalos y mariposas de colores nuevos u olvidados. Silencio también, porque el murmullo del arroyo no lo rompe, no es ruido, ni lo es el croar lejano.
Me gustaría saber el nombre de la flor. Las hay de formas iguales, pero en competición de colores.
El bosque es precioso en días nublados y deshabitados. Tengo la sensación de esa soledad grata, de ese silencio elegido. Hacía tiempo que no me oía. No recordaba la transparencia del agua, ni la honestidad del árbol, ni la gracia del lepidóptero, de ese amarillo que revolotea sin rumbo aparente. De hecho, cualquier rumbo es falso, puesto que nada existe todavía después.

He estado en el bosque de Aín. Precioso. Eso sí, me sobraban los alumnos, porque hoy lo era yo.

sábado, 24 de marzo de 2012

Tarancón-Beltrán

Burriana ha dado héroes, personajes y personajillos de toda clase. De entre ellos, siempre viene a cuento hablar de alguien que incluiremos en el segundo grupo para evitar justificaciones obvias: el cardenal Tarancón, un hombre del cielo con los pies en la tierra.
Se podría decir de él que ha sido el burrianense más destacable e influyente hasta la fecha, pero también el más misterioso por los secretos que se llevó a la tumba. Mucho hemos hablado sobre él, y no es mi intención actual repetir todo cuanto ya saben aquellos que merecen saberlo. Ahora, en cambio, me apetece mostrar, simplemente, una partitura. Al fin y al cabo, en estos sitios virtuales, uno muestra lo que le da la gana.
De las habilidades de Tarancón, a quién siempre le reprocharé aquello de “bendita fanfarronería”, ha quedado en un estrato camuflado su faceta de compositor. Ordenado sacerdote en 1929, celebró su primera misa en Burriana a los 22 años y se piró a Vinaroz como coadjutor y organista. Para entonces, ya había demostrado sus destrezas musicales. De hecho, y por poner un ejemplo, su partitura Ave María fue estrenada por la Sta. Dolores García en las Villas del Carmen de Burriana el día 8 de agosto de 1927, cuando don Vicente contaba con 20 años. Buena edad para el rock and roll.
El manuscrito de Tarancón que aquí mostramos es la Plegaria a la Virgen, obra para cantar a dúo con letra del célebre poeta burrianense don Juan Bautista Tejedo Beltrán “el Bessó”. Estamos, por tanto, ante un Tarancón-Beltrán, pareja al estilo Lennon-McCartney; más cercano, Thous-Serrano; o si se prefiere algo más burrianense, Calzada-Ibáñez. No obstante, en estas empresas los noviazgos son anecdóticos; lo que cuenta es la partitura, que aquí ofrecemos como documento y para que quien quiera y pueda la interprete cuando le venga en gana. Y, ¿por qué? Pues porque interpretar la obra de alguien es como leer su alma.







miércoles, 21 de marzo de 2012

Lennon y Santo Tomás


[...]Terminada la actuación de Lennon y confesado Santo Tomás fuimos al concierto de Happels. Lamentablemente, no grabamos el sonido.
Fue el primer concierto de Lennon post mortem. Y estas, sus declaraciones junto a Santo Tomás:

—Me mola —dijo John.
—Mierda de rock and roll —opinó Tomás.
—Mierda, la del necio —corrigió John.
—Mierda el octavo pecado capital —se quejó Tomás— ¿Cómo no lo pensé?
—Ya te he dicho que no pasa nada, hombre —de nuevo John.
—Pero hay que ser gilipollas para versionar Imagine, por ejemplo —siguió Tomás.
—No es eso, Tomás.
—¿Y qué es, John?
—El ridículo.
—Ya, como el necio.
—Como él —confirmó John mientras encendía un cigarrillo.
—¿Vas a fumar? —se notaba una queja en la voz de Tomás.
—Durante toda la eternidad, Tomás. Toma -le ofreció—, fúmate uno y deja de mirar a esa.
La mujer estaba buenísima, tal como una diablesa de tetas grandes, duras y asequibles.
—¿Y qué hago con esto? -Tomás levantó el cigarrillo.
—Te lo metes en la boca y chupas.
—Sí, ya te entiendo.
Dieron unas chupadas y, poco después:
—John.
—¿Qué?
—¿Cual es el secreto para cantar Imagine?
John esperó hasta que terminó la canción de Happels y contestó:
—Tener la boca ocupada.
—No sigas —pidió Tomas.
Sin embargo, al terminar el cigarrillo, Tomás insistió (¡Ay! La curiosidad...):
—¿Va en serio?
—¿A qué te refieres?
—A la letra de la canción.
—En realidad es un texto satírico.
—¡Ya decía yo! Ese es el secreto, ¿verdad?
—Pues no.
—Vale. ¿Y cuál es?
—Tener la boca ocupada. Ya te lo he dicho.
—¿Con qué?
—¡Hostia! Con un chicle, hombre. No sé cómo puedes ser santo si no te mola el rock and roll. Y cállate de una puta vez.
—Es que en mis tiempos no existía —se excusó Tomás.
Lennon echó la colilla y se metió un chicle en la boca.
La actuación de Happels continuó hasta el amanecer. Luego nos fuimos todos a...

miércoles, 14 de marzo de 2012

Las calles de Burriana

No os habéis preguntado nunca quién fue aquel cuyo nombre designa a la calle por donde estáis paseando? Los burrianenses podéis encontrar la respuesta aquí.

domingo, 4 de marzo de 2012

Un buen domingo

Domingo, cuatro de marzo, después de pasarme la mañana luchando sin tregua con Blogger, que no deja ver la página referente al siglo XXI de http://lescreusdemaig.blogspot.com/ y cocinando la paella al mismo tiempo, hemos esperado hasta oír los cohetes anunciadores y nos hemos ido Feli y yo a echar un vistazo a la Cabalgata del Ninot Infantil. Y he aquí la sorpresa que los de la comisión de los Cazadores repartían una cuartilla con la explicación de la comparsa en la que he leído mi nombre y el título del libro al que le había dedicado la mitad del día. Rendían un pequeño homenaje a Ortells y pregonaban graciosamente los éxitos de este artista local. Os dejo aquí un ejemplar virtual del documento.


Cansados de estar de plantón, hemos abandonado la cabalgata y nos hemos ido a la estación para esperar a Edgar, que se iba en tren a Valencia a eso de las seis y media, y recoger el coche. Mientras venía he tomado unas fotos del antiguo bar Las Delicias. ¡Quién lo ha visto y quién lo ve! Os dejaré primero una foto del interior en 1954, en pleno apogeo. Está protagonizada por Maria Carmen Bernat, Reina Fallera de Burriana que esperaba el tren tomando un café.

Interior de "Las Delicias" en 1954
El bar tiene un nosequé atractivo. Tal vez sea la nostalgia o tal vez, el hecho de imaginar todo cuanto vieron sus carcomidas paredes. Me intriga su madera vieja, los logos evaporados de sus cristales, el azul de los marcos, el rótulo anacrónico. Llegué a comprar tabaco una vez y creo que algún trago también tomé, pero siempre lo hice con prisas y a la espera del tren. Es ahora, sin embargo, cuando me pregunto por lo que allí ocurrió, y me viene algo atractivo, sensual, misterioso.

Interior de "Las Delicias en 2012.
Foto tomada a través del cristal.


Luego, con aires detectivescos, no hemos acercado a la casa de Adela, quien fuera amante del rey Alfonso XIII y cuya vida ha contado el amigo Norberto Mesado en su libro Adela Lucía. La última amante de un rey romántico. Entre la historia y la leyenda. La visión del caserón me ha producido las mismas sensaciones que Las Delicias, pero con una pizca añadida de algo lúgubre, stokeriano.





De todo ello, lo mejor, y rabiosamente envidiable, han sido los besos en un viejo vagón de tren. Apenas veréis las piernas de los amantes.


He querido rematar la faena con esta entrada y pensar que hoy ha sido un buen domingo.

sábado, 3 de marzo de 2012

Déjalo


Hará unos 18 años de aquel suceso en casa de mis padres. Mi hijo se acercó gateando a una cómoda, con aquel movimiento de felino patoso tan gratificante para el recuerdo, porque había visto la llave del cajón inferior en el suelo. Cosas de niños. La cogió y, con la hinchazón de la curiosidad y del asombro, intentó introducirla en la cerradura, pero falló. Era la primera vez que intentaba aquella proeza y, como todas las primeras veces, fue traumática.
Yo, padre orgulloso y excesivamente preocupado, le cogí la mano para dirigirla pedagógicamente en la dirección correcta y conseguir el éxito, el falso éxito. Y en ello estaba cuando mi padre, que nos observaba con mirada de viejo, me dio tal manotazo que la llave salió por los aires.
—Déjalo —me dijo antes de que la llave hiciera cinc contra el suelo.
Y lo dejé en su mundo. Entonces, el niño volvió a coger la llave, se acercó a la cerradura, con aquel movimiento de felino patoso tan gratificante para el recuerdo, y la introdujo en la cerradura.

Entre semana como en casa de mis padres, el mejor restaurante del mundo, miro la cerradura, la del cajón inferior, y evoco el clinc de la llave contra el suelo.

jueves, 1 de marzo de 2012

Para político, mi abuelo


Un político era una persona respetable, al menos para mí. Mi abuelo lo fue, de Burriana, a principios de los años 60, y se dejó la piel en tal empresa sin cobrar ni un duro. Su recuerdo, su caballerosidad y su altruismo provocaron en mí ese respeto del que hablaba hacia sus colegas. Tanto era así que el hecho de encontrarme con cualquiera de ellos por la calle me provocaba una sensación, no solo de respeto, sino de admiración.
A día de hoy, sin embargo, con tantos truhanes sin escrúpulos, despilfarradores de lo ajeno, caraduras y sinvergüenzas, bufones sobre seguro, ladrones de guante blanco y chorizos patógenos se me ha olvidado el respeto. Se quedó en la época de los Beatles. Más aún: lamentablemente, el viejo respeto, polvoriento y caducado, ha sufrido una transmutación que aquel niño, cuyo abuelo fue concejal, creería inverosímil. Aquel niño, decía, nunca habría imaginado que llegaría a despreciar a los colegas anacrónicos de su abuelo.
¡Coño! ¿No pueden asistir gratis a los plenos? Así, sin más. Gratis. Un concejal habría de serlo por amor al arte, no porque no tenga otro medio de ganarse la vida. Además, ¿no tienen a sus machacas para hacerles el trabajo?

Mi abuelo dignificó el cargo y ese cargo, ahora, no dignifica a quien lo ocupa porque, quien lo ocupa y no le preocupa, ha hecho de él un negocio.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Impresiones desafortunadas y amputadas de un docente.


Mi abuela, que solo sabía las cuatro reglas, leer y escribir cartas, mi abuela, afirmo, podría dar clase sin ponerse en evidencia. De hecho, cualquiera puede “dar clase”, puesto que no es necesario tener demasiado fuste para ello. Todo está en los libros y, si no, en internet.
El maestro, titulados superiores a parte, no es alguien que posee conocimientos, sino aquel que consigue que el alumno aprenda. Y si no lo consigue, fracasa. Cierto es que hay alumnos insalvables, pero en ellos es donde el docente se tiene que dejar la piel y llorar con ellos cuando ellos lloren.
Tantas leyes, proyectos, programaciones y mariconadas para que, al final, el vanidoso titulado acabe diciendo: “Examen suspendido”. ¡No te jode! ¡Que la evaluación sumativa es una aberración, señor profesional!
Para plantarse delante de un grupo de chavales y contarles la Batalla del Ebro o decirles cómo se suman polinomios no necesitamos eruditos y, para provocar el aprendizaje, tampoco necesitamos proyectos, programas ni programaciones. En realidad, no solo sobran, sino que molestan y hasta dificultan la labor del maestro.
Pues eso, entre sabelotodos y burócratas nadan los críos como pueden.

Por cierto, ¿cuántos volúmenes acarrea un alumno para una asignatura, pongamos por caso Lengua?
  1. Un libro de texto.
  2. Una libreta.
  3. Un diccionario.
  4. Tres libros de lecturas obligatorias.
  5. Tres cuadernillos para la comprensión de las lecturas obligatorias.
  6. Tres cuadernillos de ortografía.
  7. Un cuadernillo de expresión escrita.
... Sumemos y dejemos ya la enumeración. Bastará con consultar cualquier web de cualquier editorial. ¡Ante todo, el negocio!

miércoles, 22 de febrero de 2012

Francesc Almela i Vives i les falles de Borriana


De primeres, cal advertir que la col·laboració d’Almela i Vives en les falles de Borriana és un rumor que m’ha arribat. Tot i això, hi ha elements per a creure que és cert, que va escriure el llibret que explicava la falla que plantà la comissió de El Pla a Borriana en 1945.

Des que es plantà la primera falla a Borriana (1928), han estat molts els poetes de renom que han posat el seu talent al servei d’aquesta festa. Un d’ells, el més rellevant, fou Bernat Artola, que escrigué cinc magnífics llibrets per a explicar les falles que plantà la comissió de La Ravalera en 1944, 1945, 1947, 1948 i 1949. Són cinc petites joies que eleven la literatura de segona a la primera categoria. I com Artola, sembla que Francesc Almela i Vives també escrigué per a les falles de Borriana en 1945. Parlem-ne, doncs.
Tal com ocorre en el cas d’Artola, la documentació sobre Almela i Vives és extensíssima i està a l’abast de tothom en internet, per això he decidit fer ací només un breu resum.
Francesc Almela i Vives1 (1903-1967) va nàixer a Vinarós, però prompte es traslladà a València. Estudià el Batxillerat a l’Institut Professional i Tècnic i, en morir son pare en 1914, va haver de treballar com amanuense en una notaria per a pagar-se els estudis. Finalment es va llicenciar en Filosofia i Lletres per la Universitat de València en l’especialitat d’Història. Home de grans inquietuds nacionalistes i culturals, fou cronista de la ciutat, membre del Centre de Cultura Valenciana, presidí La Nostra Parla per a impulsar el català, fundà Taula de Lletres Valencianes junt amb altres personatges de renom, dirigí el setmanari Nostra Novel·la amb el recolzament dels autors més prestigiosos del moment, fou membre corresponent de la Real Acadèmia de Belles Arts de San Fernando de Madrid, de l’Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona i de la Hispanic Society of America de Nova York. Publicà cinc llibres de poesia, algunes novel·les, obres de teatre i una pila de llibres i articles d’investigació. A més, tenia una biblioteca particular de més de 1072 obres, la qual es va incorporar a la Biblioteca Valenciana en 1997.
Hem trobat també nombrosos poemes fallers d’Almela i Vives, articles i entrevistes2 que hom li va fer sobre temes fallers on demostrà que era un expert en aquest tema festiu. Per tant, cal agrair-li des d’ací que col·laborara en les falles de Borriana escrivint el llibret de la Falla de El Pla de 1945 (La Falla de les Faves Comptades), tot i que caldria confirmar l’autoria definitivament. A l’efecte, i per si de cas es confirma que el llibret és d’Almela, pot ser interessant saber que va guanyar el primer premi. L’ordre va ser:

1r Falla del Pla (Almela?)
2n La Mercé (El Bessó)
3r La Ravalera (Bernat Artola)
4t La Mota (Vicente Monsonís)

El cas és que no era gens fàcil guanyar-li al Bessó. Fins i tot Artola ho va tindre molt complicat durant aquella dècada, ja que el Bessó tenia, a banda de les qualitats que calien, un prestigi entre els borrianencs que l’afavoria (crec jo). De fet, Artola guanyà el premi de Lo Rat Penat en 1944 i quedà en segon lloc a Borriana, per darrere del Bessó. És més, quan en 1947 Artola li guanyà al Bessó, el jurat deixà escrita una explicació de per què la Ravalera quedava per davant de la Mercé i destacà la gran qualitat literària del llibret del Bessó. Amb tot açò vull dir que per a guanyar el primer premi en 1945, el poeta de la falla de El Pla havia de ser “un tio de pes”. Quadraria, des d’este punt de vista, que fóra un autor com Almela.
Fetes aquestes valoracions, només falta afegir un tros del llibret de la Falla del Pla, però no podem resistir la temptació de dedicar un poc més d’espai per a mostrat al lector la magnífica introducció. Evitarem, però, la transcripció completa amb l’explicació de la falla,  el repàs per les distintes comissions tot recordant-nos els malnoms de cadascuna i el comiat, ja que l’interessat pot trobar-ho en el segon volum de Burriana en sus fallas que vaig titular Crónica de los hechos falleros acontecidos en Burriana durante la década de los años 40.

Elògi a Burriana
(Francesc Almela i Vives?)

Burriana, ciutat il-lustre,
s’extén a pròp de la mar,
que trena la escuma blanca
damunt dels domassos blaus.
Burriana, ciutat insigne,
s’ extén entremig del camp
que sembla catifa tèndra
per a un fabulós jagant.
La Ciutat Vèrda li deien
quan era dels musulmans,
a la llum de mitja lluna
i entre remoreig de cants.
Després, el gran Rei En Jaume
la conquerí pam a pam,
sense escatimar l’ingèni,
sense escatimar la sang.
La corona del monarca
tot seguit es va exornar
amb una esplèndida joia
que no pedría ja mai.
Després, la vila cristiana
anava fent-se més gran:
gran per la seua riquesa
gran per la seua beutat.
Les ferides de la guerra
no la podíen matar,
que sempre reviscolava
cap amunt i cap a dalt.
Vèrge de Misericòrdia
la preservava de mals.
I també la protegía
bondadosament Sant Blai.
Rafèl Martí de Viciana,
hòme culte i ponderat,
anava escrivint la Crònica
día a día i any per any:
eixecutòria d’un poble
que, per camins de treball,
avança a través dels sigles
entre el futur i el passat.
I avui Burriana s’eixampla
damunt de l’antic solar,
conservant pedres antigues
mentres s’està renovant.
Els tarongers la rodegen
amb el fullatge d’esmalt,
amb la tarònja daurada,
amb la flòr primaveral.
Si una temporada és fluixa,
atres millors en vindran
quan el món per fi retorne
a les dolçors de la pau.
Mentrestant, cal optimisme,
un optimisme exultant,
com el sol que magnifica
nostra mar i nòstres camps. (sic.)

1“Francesc Almela i Vives” en Wikipedia [publicació en línea]. Disponible en Internet  http://ca.wikipedia.org/wiki/Francesc Almela i Vives. [Data d’accés: 22 de juliol, 2011].

2 “Levante-Extraordinario de Fallas”, 1958.



FOTOS: 

Francesc Almela i Vives.

La falla de El Pla. Borriana, 1945.

lunes, 20 de febrero de 2012

La fórmula de la belleza




Si Dios creó el mundo, solo tuvo que chasquear los dedos para fabricar una singularidad en la nada con una ley que la rigiera. Es una obviedad, incluso una vulgaridad, recordar que esa ley es exclusivamente matemática, una fórmula para generar la conciencia.
La naturaleza, por tanto, se rige por fórmulas alfanuméricas y el hombre, al observarla, no solo descubrió el secreto, sino que lo usó para producir arte. Así, Fidias, por ejemplo, usó el número de oro (Fi, en su honor) para gestionar las medidas de sus obras y conseguir piezas bien proporcionadas, agradables a la vista, bellas. ¡El número de oro!, la sección áurea, la divina proporción... El mismo número que usa la naturaleza para construirse:

1,618033988749894848204586834365638117720309...

que resulta de dividir entre dos la suma de la unidad y la raíz cuadrada de cinco.

No haremos aquí ningún estudio sobre ese número, puesto que en el mundo virtual podemos encontrar 2100 tratados sobre él y bastará un clic en cualquier enlace para asomarnos descaradamente a un sinfín de ejemplos (proporciones humanas, crecimiento de las plantas, estructura de los animales, distribuciones en el cosmos...), pero sí que imaginaremos, en cambio, la construcción de un triángulo rectángulo cuyos lados estén en proporción geométrica.
Siguiendo el teorema de Pitágoras, los tres lados (a, b, c) cumplirán que

a2 + b2 = c2

y si han de estar en proporción geométrica, entonces

c = r·b = r2·a

siendo r la razón de proporcionalidad. Pues bien, r será siempre 



¡Bello!

Si generalizamos ahora el teorema de Pitágoras para cualquier exponente, llegamos a la fórmula que inicia el famoso Teorema de Fermat:

an + bn = cn

Aunque no venga a cuento, el teorema dice que si n es un número entero mayor que 2, entonces no existen números enteros a, b, c, tales que se cumpla la igualdad (con a,b,c no nulos).

Y si queremos que a, b, c estén en proporción geométrica, la razón de proporcionalidad será

Acabemos:





Esta es, pues, la fórmula de la belleza.

domingo, 19 de febrero de 2012

Happels en 1980


Haciendo números

La escuela de Atenas, de Rafael

Considerando cierta la afirmación de los científicos según la cual el universo tiene una edad de 15.000.000.000 de años, el tanto por ciento correspondiente a una existencia humana de, digamos, unos 80 años es el 0,0000005% y el correspondiente a una existencia con muerte prematura a los 30 años es el 0,0000002%, esto es, la diferencia del porcentaje es del 0,0000003%, aproximadamente, que redondeando es del 0%, de lo cual se deduce que da igual haber vivido 80 que 30 años.

viernes, 17 de febrero de 2012

Sebastià



Quan un dels seus amics entrava en aquell lloc, ja no el veien mai més.

En la bandada havien nascut i s’havien transmés de veu en veu llegendes mítiques que explicaven la creació del món, l’origen del pensament i el destí de les ànimes, i tots les comentaven cada volta que algun home desconegut apareixia per l’horitzó i posava el ulls en un del joves més valents. Durant l’era moderna van aparéixer alguns corrents filosòfics que intentaven donar resposta a la pregunta eterna, fonamentant les seues teories en la capsa mística, però la majoria preferien el dubte de les històries que relataven els més vells.

Un dia d’estiu, un cotxe luxós i ple de gent desconeguda va trencar el silenci de l’alba i va embrutar el prat amb núvols de pols i pudor a progrés.

El caixó era més xicotet del que pareixia des de fora. Només un parell de metres quadrats i, Sebastià, ni tan sols podia girar-se per controlar la reraguarda. Creure’s el següent coneixedor de la veritat el feia sentir-se un ésser especial, al mateix temps que l’inquietava  l’enfrontament amb el desconegut. Sabia a ciència certa que no tornaria a veure els seus germans. Malgrat això, la possibilitat de trobar-se de cap nou amb son pare li avivava l’esperança i li proporcionava una alegria resignada.
La cridòria tumultuosa de l’exterior accelerava el bateig del seu cor novell, criat amb els sentiments d’orgull i llibertat que sa mare i el prat li havien despertat i les trepitjades al sostre, com redobles de tambor, li alçaven la mirada, ja desconfiada, que intentava travessar els cabirons, frontera del més enllà.
Un moviment violent, ple de prepotència i de temor, va desplaçar la porteta superior, deixant que el sol de les cinc omplira el receptacle i confonguera Sebastià.
Un dolor agut al llom va provocar, més que un bramul, un mugit impotent i l’esquena de Sebastià va quedar ridiculitzada amb una divisa acolorida, símbol del domini humà.
En sonar un tro, la part davantera de la cel·la particular es va elevar per a deixant a la vista la resposta enyorada. Sebastià va córrer com mai no havia corregut, acompanyat d’un efusiu aplaudiment que confirmava la conducta esperada del exemplar adquirit.
Moltes persones, moltes, persones com les que li havien procurat el pinso quan era xiquet, van desaparéixer al seu pas com la boira matutina travessada pel vent. Mentre, Sebastià corria, cada volta més espantat, buscant un buit per on evadir-se.
Prompte va sentir la burla al cor de la seua noblesa i una tortura lenta el va visitar amb dards blancs ploguts des de una distància prudent. Un terç de la banya dreta es va trencar en enganxar-se en els barrots d’un cadafal.
Una taca de sang en terra el va cerciorar de la seua fugida impotent en cercle i, amb l’espinada desencaixada, es va deixar caure de genolls demanant clemència al sant patró de les festes populars. Una soga va ser la resposta.
Agenollat i bavejant el van arrossegar per davant de l’ajuntament perquè el respectable el contemplara, li regalara alguna patada i es convencera que havia valgut la pena acudir al recinte aquella vesprada.
Alguns trossos de pell es van quedar al camí i, per fi, Sebastià va aplegar a la fi de la desfilada. Un pal imponent, tal com el fal·lus d’un gegant, ben assegurat en el sòl i revisat pel més entesos, li va colpejar el seu poderós tos i, fent servir les últimes forces que li quedaven, va alçar el morro per assaborir l’aroma de son pare, que encara romania al pal.
La punyalada no va ser massa precisa i mentre agonitzava a poc a poc, un xiquet va treure tot corrents la navalla, abans que ningú no se li passara al davant, i li va tallar els collons. 

miércoles, 15 de febrero de 2012

El tren





Quan era xicotet, el món ferroviari em tornava boig, m’encisava amb deler. Els riells de les vies, que aparentment eren paral·lels, confluïen en un punt al lluny i em preguntava si les rodes dels trens també s’ajuntaven quan hi arribaven. D’altra banda, l’observació del món des de dins d’un vagó en moviment semblava un joc de màgia: quin prestidigitador era el qui aconseguia que es moguera el món? I quan el tren frenava essent jo dret, quina força l’espentava cap avant? Anys després, les respostes assassinaren la capacitat de meravellar-me. Aquella nit, havent assumit feia anys que la confluència dels riells es devia al punt de fuga, que el moviment del món era sols una aparença provocada pel sistema de referència de l’observador i que la força que l’espentava quan el tren frenava s’anomenava inèrcia, no vaig mirar per la finestra.

La magnificència de l’il·lusionisme
és la ignorància del truc.

Dibuix: Iván Arribas.


martes, 14 de febrero de 2012

La reivindicación de un poeta


Lo habrán ascendido a capitán en el Club de los Poetas Muertos, indudablemente. Y seguro que extasía a sus oyentes con sus imágenes, sus gestos, su voz, mientras se balancea como un trapecista que avisa del triple mortal.
José Esteve Patuel (1923-2001) fue, sobretodo, un poeta burrianense. Eso es lo que fue durante toda su vida. De cuando en cuando, también fue un rey del sobresaliente en la escuela, un bogart en el Passapoga madrileño, abogado imbatido en los estrados, alcalde de su ciudad, profesor inolvidable, conversador insaciable, individuo admirado y meta inalcanzable para quienes lo conocieron. Todo eso es algo de lo que fue, pero, sobretodo, decía, fue un poeta.
Lamentablemente, su reino no era de este mundo, por lo que no le interesó esa inmortalidad que ofrece el recuerdo. Su obra se esfumó con él y las pocas publicaciones, algunas de autor para los amigos y otras de ámbito exclusivamente local, deben de estar escondidas en cajones polvorientos o caídas por detrás de estanterías de viejo. Pocos somos los que conservamos alguna fotocopia de un manuscrito suyo o algún ejemplar amarillento del único libro que le publicó la Caja Rural de Burriana: Cuando hablo conmigo.
Las nuevas generaciones no deberían perdérselo, ni tampoco el resto del mundo. No podemos dejar que se volatilice su obra. Por eso, y para ir haciendo boca, añado los versos iniciales del poema Vacío de mi con los que me he identificado desde siempre.

Estar vacío es lo que más me aterra.
La sensación de ser sólo corteza,
un monigote que anda sin justificación,
un hueco estúpido,
un tambor sin sonido,
inútil nebulosa, que no puede crear mundos.

En la foto vemos a José Esteve Patuel dibujado por Vicente Traver Calzada.